Una empresa privada (un hotel) decide poner música en vivo, a todo trapo, en el jardín, un sábado por la noche, para celebrar un evento y todos tenemos que callar y pasar la noche en vela, porque de nada sirve que te enojes que llames aquí y que llames allá, nada, no hay que hacerle.
Ahora me da casi igual, el domingo puedo, casi siempre, dormir hasta media mañana, pero hubo un tiempo que trabajaba los domingos y mas de una vez marché con un par de horas de sueño... y no hay necesidad porque la música la podían poner un poco mas baja.
Yo entiendo que es verano, que hace calor y que está de moda este tipo de bodas pero una cosa es la música a las diez de la noche y otra a las cuatro de la mañana, (y cunado acabó la orquesta siguió la música enlatada hasta el amanecer) es de suponer que habría que bajarle un poco el volumen que desde la otra punta del jardín se escucha perfetamente.... dímelo a mi.
En fin que felicidades a los novios, que sea por muchos años y que, mirándolo bien solo me quedan cuatro domingos de mal humor por este año, mejor aderezarlos con algo de música relajante y estimulante:
- Hace un año Mariano viajó sin cinturón.
- Hace dos fue viernes... y también se acabó Julio.
- Hace tres descubrí un buscador de música y otra forma de putear.